
Nuestro día perfecto en Can Martí
Hace bastante tiempo que no me despertaba con el canto de los pájaros.
Cuando anoche llegamos directamente desde el aeropuerto todo estaba ya oscuro, y acto seguido el fragante AIRE NOCTURNO DEL NORTE DE LA ISLA y el cansancio del viaje nos hizo caer rendidos en nuestra acogedora e independiente suite.



Por la mañana, poco a poco empezamos a darnos cuenta de dónde estábamos. He estado en Ibiza antes, experimentando la tranquilidad del norte de la isla, pero cuando te sientas en el jardín de tu terraza privada, en medio de la enorme calma de esta finca tan auténtica, con tu primer café, donde la calma solo es alterada por la banda sonora del canto de los pájaros o la brisa entre los árboles, entonces recuerdas el verdadero sentido de la vida. Todo está enfocado a tus sentidos mucho antes incluso de que puedas percibirlo… y quizás sensorial sea una buena palabra para describir lo que hemos sentido en Can Martí esta mañana. Sin duda estamos en el lugar correcto y en el momento adecuado.
Mi pareja decide tomar una sesión de Yoga en una zona cercana a la piscina, mientras a mi me sirven el desayuno para dos, en nuestra terraza. E insisto, una cosa es disponer del típico desayuno buffet de hotel y otra muy distinta que te sirvan un desayuno casero y orgánico, directo de la granja, por un personal amable y atento. Estar aquí es estar en el paraíso, de hecho huele y sabe como si lo fuera…

UN DESAYUNO ORGÁNICO EN CAN MARTÍ
Ahora es momento de mimarnos y disfrutar: la hora del desayuno en este paraíso agrícola. Zumos frescos del día, delicioso müesli artesano, tortillas de garbanzos, mermeladas caseras, yogur orgánico, pan recién horneado y huevos revueltos de gallinas felices (que oímos a lo lejos).¡Todo para nosotros! Así que nos tomamos nuestro tiempo para probar y saborear cada bocado.
Así pues, en nuestra primera mañana, decidimos optar por la privacidad de nuestro jardín, a pesar de que descubrimos más tarde que el área de desayunos de Can Martí, resulta ser realmente bonita. ¡Quizás mañana!
Después de un pequeño paseo por la finca para ayudar a hacer la digestión, decidimos adentrarnos en su jardín de plantas aromáticas, ya que queremos descubrir de dónde vienen esos maravillosos olores de camino a la recepción, seguidamente nos paramos en la tiendecita orgánica para llevarnos más de esas tortillas caseras y un poco de Kombucha para tomar más tarde en una de las playas cercanas. De hecho, estamos a tan solo 10 minutos de nuestra favorita; Cala Xuclar, perfecta para bucear y comer pescado, aunque esta vez hemos optado por traernos nuestro propio picnic en lugar de comer en el restaurante.
Tras volver de la playa, y después de un largo baño de sol, nos regalamos un maravilloso masaje relajante – al fin y al cabo es nuestro primer día en el paraíso, ¿ no? .
Aunque nos reservamos otra tarde para pasarla en los maravillosos campos de Can Martí a la sombra de sus preciosos árboles frutales.

EL CHIRINGUITO
Totalmente relajados y revitalizados, nos dirigimos hacia la piscina natural para darnos un baño y disfrutar de la puesta de sol desde unas tumbonas junto al Chiringuito. Por supuesto queremos combinarlo con unas aceitunas de la finca y nuestro primer coctel de las vacaciones- ¡Oh!, si hay crackers y humus, definitivamente, es el acompañamiento perfecto.
La sutil música de fondo actúa mágicamente junto con el fondo incandescente del cielo, a medida que el sol va desapareciendo en las montañas del oeste, en este magnífico valle. Así que nos olvidamos de todo lo demás y simplemente, dejamos que lo que presenciamos vaya calando en nosotros lentamente.
De camino a nuestra Suite, al anochecer, podemos notar el delicado sonido de los grillos y las ranas a lo lejos. ¡El verdadero sonido del verano! Oh, ¿que era eso? ¿Un burro? Nos han dicho que hay 5, viven en la finca y ayudan en el mantenimiento del campo. ¡Mañana seguro que iremos a visitarles!
Después de una ducha rápida y un poco de descanso nos dirigimos emocionados a la cena especial con velas que tiene lugar al aire libre junto a la cocina de la finca. Es un lugar privado y recogido que nos permite disfrutar de la verdadera magia de la noche ibicenca bajo las estrellas.
Elegimos los huevos Shakshuka y el curry vegano, a combinar con un fantástico vino orgánico. De nuevo, todo acaba convirtiéndose en la elección fácil y correcta cuando estás en el sitio adecuado.

Dos horas más tarde aún permanecemos sentados disfrutando de la atmósfera y nuestra bebida, mientras el tiempo parece desaparecer…
Hoy la luna y las estrellas brillan especialmente, por ello decidimos retirarnos a nuestra terraza con jardín privado para observar la belleza del cielo nocturno en lugar de aventurarnos a la tan famosa fiesta ibicenca. Durante la cena alguien del personal nos ha contado que lo que hace tan especial la noche en este lugar es la ubicación de Can Martí, rodeado de colinas que hacen que muy poca luz artificial llegue hasta esta zona, lo que permite contemplar la noche estrellada como en pocos lugares de la isla.
Y así termina nuestro primer día, tan paradisíaco como empezó. Ahora sabemos que un día en el paraíso resulta ser lo común aquí en el norte de la isla, especialmente en Can Martí.
No cabe duda de que hemos encontrado nuestro trocito de cielo en esta finca tan especial y arropada, lejos de cualquier ruido, estrés o preocupación.
Así es como nos hemos convertido en fans oficiales de Can Martí. ¡Deseando despertar de nuevo aquí mañana!.